El Inicio de Todo
Cocina de mi casa en Menorca, y la clara decisión de mudarme a Mallorca cuanto antes.
Soy Luciana, y en mi mente en ese momento se suceden planes sobre cómo iba a ser todo. La búsqueda de colegio, de casa nueva, la adaptación de mi hijo.
Mi hermana Laura se encontraba delante, sentada en la mesa, escuchándome y ayudándome a ordenar esas ideas.
Estábamos hablando de los cómos y los cuándos, y de repente, sentí el tiempo pararse unos segundos.. La sensación fue que ese mismo rayo de sol que se colaba por la ventana, entraba en mi mente inquieta de dudas. Un punto de luz y una imagen clara: montaremos una tienda en el centro de Mallorca.
¿Una tienda? ¡Nunca habíamos emprendido juntas! ¡Nunca habíamos emprendido en el mundo físico! En cuánto se lo digo a Lau, veo el sí en su cara…Desde que tenemos memoria, individualmente y como hermanas, buscamos comprender el Camino, a través de herramientas, recursos y cómo no, de la intuición.
Empezamos a hablar y todo emergió como una cascada de palabras e imágenes, la decoración, los colores, las texturas… y nuestras piezas. Sí, piezas que acercaran la espiritualidad a la vida cotidiana, un vínculo entre todo lo que vivíamos y aspirábamos vivir y la vida en el aquí y ahora, en el día a día.

Sabemos lo fácil que es olvidarnos de lo que hemos aprendido, lo que en un momento se hace tan claro dentro nuestro, se va diluyendo con el tiempo. Sentimos que el proceso de aprendizaje espiritual se basa en gran parte en recordar… y en querer recordar.
Por ello, la necesidad de crear algo tangible, algo que pudiéramos tocar con nuestras manos y que fuera un objeto que nos invitara a sentir y volver a traer a la conciencia lo importante para nuestra paz y evolución, fue entonces inevitable. Casi urgente.
La vida mandó, y allí fuimos.
Amare Omnia ya estaba siendo creada, en esa conversación, con ese sentir, en esa mesa de roble y con esa luz.